miércoles, 10 de diciembre de 2014

La planta está sin regar
Y se miente a sí misma 
Dice que está regada. 
Mercurio señala los ocho grados.
Mismos grados del año, 
Que hace diez, cuarenta. Siempre los ocho.
La voz padece insomnio
Cabalga, y el verbo se deshace en aguas
Aguas troceadas que riegan las hojas,
Ventana congelada,
Los tenedores fríos,
La señora fragancia.
Solo permanece el fluir del idioma
Inundando desnudas,
Los troncos, las mil hojas
Que se hinchan en macetas,
El cielo helado y blanco.
Un ojo enorme o cien.
Te veo en mar, tú eres mar, el mar lejano.
Mar infinito y te miré a lo lejos,
Cerca del hemisferio.
Perdía voz y el nombre,
Los veía rotos entre las olas,
Alejarse, alejándose, alejarse,
Hasta el lejano lugar
Del lejos horizonte.