domingo, 12 de abril de 2015

Se encendió la geometría abstracta de los cuerpos
Cuando ella y él, contemplados por el silencio de un pájaro volando en las altas esferas
Atisbaron la perfección del círculo agonizante,
Cayendo en un sinfín de interés desinterés humano
Hasta oír al silencio brotar dentro de sus cuerpos
Y entonces se miraron como dos extraños
Se visitaron en cada sueño profundo, en cada terror de la noche
En el espectro blanco que habita en el rincón más oscuro de las palabras
Y enmudecieron de corazón y animal,
De presente y juicio hasta siquiera reconocerse.