martes, 5 de mayo de 2015

Con la crepitación del viento 
Se oyen alarmas de coches,
Bolsas en remolinos y terrazas caídas,
Se respira el vapor de la marejada
Y uno piensa en los balcones vacíos,
En las puertas, en los telefonillos,
Mientras el aire ardiendo ulula entre los arcos.
Porque el viento mueve árboles enormes
Y uno piensa en ese perro
Que en mitad de la carretera bloquea el tráfico,
En esa gente que lo persigue,
Y le silba cariñosamente para que no le pase nada
Y las jornadas llegan a fin y un personaje cualquiera
Cuando las horas del tránsito terminan
Mira las cajas de cartón volar y las señoras sujetarse el sombrero.
Y aquel perro sigue parado mirando una luz,
Mientras algo disturba a los barcos y a las señales
Que débiles casi ceden al huracán, despacio, implorando
Al cemento, al agua, al atraque.
Y hay terrazas donde dos borrachos se pelean.
Porque con la crepitación del viento
Los controles policiales aumentan
Y en cada casa las familias duermen tranquilas
Mientras afuera entre los álamos alguien ausculta el viento
Y oye su asma silbar en mitad de la calle.