sábado, 9 de enero de 2016

La ballena respira entre dos mundos.

La concha absorbe la lágrima
que el salitre ha dejado
en su orilla.
Mujer que mira las olas
tiene un tejido. Atraviesa
las luces del corazón.

¿nos ilumina un sueño sacado de otro sueño?
Puesto en la boca de una playa a la que vemos dormir.

Aparecen la marea
 y el alma azul del hombre,
entre sus pasos en ciego
en la musicalidad
breve de las rocas.
Los cangrejos desnudos
hacen brillar la defensa
de un barco hundido en la arena.
Mueren de infartos
caen
bajo el sol plomizo del invierno.

Las nubes son países de la tarde;
la playa es un templo verde
que no entiende de la levedad del hueso,
se aferra al infinito
a la línea recta entre el mar y el cielo.

Siempre la efímera voz de la mujer
pregunta sobre la superficie del agua
pregunta ¿Por qué
la ballena respira entre dos mundos?
Ve sus manos, toca su pelo.
Ve los dos mundos en el hemisferio de la palabra.