miércoles, 12 de agosto de 2015

Lo mejor de ti es lo que no se escribe,
lo que ha callado.
La balsa que respira en mitad
y que hace llover con cada soplo dado
pulmones caminando en una tarde muda
cerca del mar;
aunque ahora no contemple el mar
aunque te vea inexistente de la misma forma que siempre callo.
Lo mejor de ti es lo que guardo
y nunca digo,
la incomunicación que nos contesta
en un vaho que te toma por loco.
Lo mejor de ti es que no te veo porque te siento,
porque el corazón juega al ajedrez con las palabras
y rebusca en cada boca distinta
una persona diferente con el mismo nombre,
una caja donde almacenar los infinitos significados;
aunque haya besado en ti a mil mujeres distintas
y todas sean la múltiple imagen de la misma,
porque te pienso como piensan los recuerdos
así, de uno en uno, separando las personas.
Porque lo mejor de ti es lo que guardo,
lo que no es fácil de entender,
la partícula que silencia nuestros oídos
y que existe,
sí,
eso es lo mejor de todo,
que existe como una conmoción genética o un poema rural
que carece de significado sino es por el silencio,
por las palabras tal cual vienen acercándose
poco a poco hasta que consigo hablarte,
hasta entonces lo mejor de ti, es lo que no se escribe,
lo que no se ve, lo que no se oye,
como una alucinación en la carretera cuando conduces,
y te lleva a territorios de Western que nunca has vivido,
y no es que te idealice,
es que no te conozco.