martes, 24 de febrero de 2015

Partimos del crudo negro
La espesura del elemento Caos
El sonido del petróleo.
Germinaron las formas
Los sonidos, las hojas,
Lo mamífero,
Era el punto anterior
A lo creado.
Y estaba yo
Mirando, mirándome
Si poseía algún resquicio
De origen y lluvia
De cielo y núcleo.
Si aún la palabra podía fundirse
Con el atardecer
En una constante sístole y diástole personal.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Era algo ensombrecido;
Mientras ella negaba
Bajo el rostro de las estancias
El punto álgido de la aurora,
Lo banal de los cuervos,
El acecho olvidado,
El silencio vivido.
La vi venir bailando
Con Dionisio enfadado
Gritando al cielo y a la tormenta:
¡Yo bailo hasta en los funerales!
Vi las hojas caerse
Los mares enfurecerse, ¡tristeza!
Y ella reía a carcajadas
Y bailaba entre los cantos, las flores,
El vino y besaba a octubre,
Beso de lengua y baile
Un beso de palabra.
La disección del frío. 

Mi padre, 
Llevaba un abrigo típico de los noventa, 
De colores azules
Que hoy nadie lleva puesto, 
Quizás por eso recuerde la sensación de oler el frío, 
Porque ese abrigo 
Cuando entraba él de la calle 
Olía a otro frío, 
Porque el frío a veces huele a algo demasiado cálido
Y se le podría dar otro significado al frío,
Porque nunca te gustaba tener las manitas ardiendo
Y por eso te aferrabas a su nariz helada.
Hoy que en la ciudad llueve y son muchas las distancias 
Que hay que cruzar entre la profundidad del frío 
Y el idioma, 
Recuerdo el invierno en que me subían la cremallera del abrigo
Y bajo la nieve, entero encapuchado
Solo los ojillos se dejaban ver entre la blancura.

domingo, 15 de febrero de 2015

El sonido de una caricia.

El ruido comienza y la noche,
La efervescencia de un golpe maestro
Crujido latir de voces humanas.
Simplifico tus ojos hasta lo tierno
Aplaudiendo, olvidándome,
Confundiéndome en ti,
Tu propia longitud dentro  del cuerpo.
Atravesando el  sonido, la voz,
Dividiendo los dedos
Escuchando la música perfecta
Que has dejado en mi mano.
Partiendo desde la piel hasta el tacto,
Portando solo tus ojos que ascienden
Hasta el interior de un instante.
Unos ojos donde poder tocarte y
Después imaginarme los silencios
Soñados que no he tenido contigo.
Tan poco tiempo, lugar, hora.
Tan poco, tan poco, tan,
Del sonido breve de una caricia.

martes, 10 de febrero de 2015

Allí, en el saco iluminado por el sol dentro del granero bajo el calor del verano que agradaba a las moscas y molestaba a los animales, embriagando el ambiente de serrín y madera, se encontraba erguido y con los pies a un metro del suelo en el pequeño espacio de la sombra, donde un pequeño respiro de frescor aún permanece enfriando los hierros oxidados del viejo arado, el cuerpo de Judas.

lunes, 9 de febrero de 2015

Los ojos centelleantes de la noche
Abrigan el lento latido 
Del ser que habita bajo mi boca.
Pálido en el recuerdo
De un erizo sibilante;
La música de mi otro yo
Que mira triste en el lugar más silencioso y apartado
De las huellas dactilares.
Y no he dormido aún las cenizas tiernas
Que lloran en la fragancia oculta de las flores.
Mientras vuelven a nacer los desnudos pasos
De un olvidado rey que a media noche
Llama a las maderas frías de las casas.

sábado, 7 de febrero de 2015

Hoy me encuentro tan difícil y hombre,
Forzando la tristeza.
Como si confiar en la suerte
Fuese cosa de locos.
Y bajo hasta la noche
Y encuentro allí acurrucadita
La estrellísima carne
De hablar a mi corazón lluvioso;
Goteando en la calle, tan olvidado.
El olor de Febrero,
En una habitación sin muebles
Mira a la estrellísima
Deshojarse en su lucero del alba.
Lo desnudo de la canción opuesta,
Lo que nosotros escuchamos.
Y oyes sondear allí el reloj
De alguna habitación dentro del pecho
Y una pila bautismal
No quiere estarse quieta;
Arranca la voz de la luna
Y llora por la ventana algún nombre.

miércoles, 4 de febrero de 2015


Ya solo lo natural
Es lo que besa despacio y te humilla
Los bosques, ríos, el mar
Destruyendo páginas amarillas
Catástrofe y pena en sus florecillas.
Ya solo la soledad
Solitaria del pescador sin quilla
Qué perdido el litoral
Busca a tierra, sobrevive, vigila;
Guiado por la estrella llega a la orilla.
Un naufrago ¡sí!, en mitad
Esperando el avión, a lo lejos brilla
Lo ves desde allí pasar
Quizás tenga bebida
Pero se va siguiendo su rutina.

domingo, 1 de febrero de 2015

Vino la raíz seca,
Los destinos humanos.
El silencio ha dado en los matorrales
La voz de la voz suya,
Lo que nunca se dice,
Una forma automática de engaño
Ocultos en pretérito inconsciente,
¿Como velar por tu nombre
Cuando los pájaros que de ti hablaban
Nunca fueron siquiera dichos?
Pronunciados en la boca del canto
Y recubiertos de voz
Hasta el olvido póstumo´de lo necesario.
De lluvia está encendido el corazón negro de la noche;
El terreno desdichado y los oscuros pasos de la oruga
Caminando en trémula acción hacia lo externo de las palabras.
Agonizando, rompiendo la piel que visten.
No me pienses.
Desde los arroyos, desde las frías paredes de una ausencia aún alguien pronuncia mi nombre blanco;
Tan entregado y esparcido en formas sutiles
Que puede que haya perdido en encuentros,
Puede que ya no exista en el recodo apartado del ciervo uniforme.