domingo, 5 de abril de 2015

Se podría acceder al templo
A las doce horas después de humano,
Humano verbo y punto escrito
Del tronco indefinido.
El clock de las ventanas,
Segundero pasando en la hierba
Cuando callas y contemplas
El silencio adentrarse en tus manos,
Y duele una gota en el fogón
Evaporándose y blanquecina,
Hervirse sobre superficie blanca
Agujereada hasta lo infame
Y un hueco abierto desde aquí hasta casa
La casa donde el abierto ciego
Resucitó vaciándose los cuerpos
Deshaciendo la existencia
Hasta un grito palpitar del frío.



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