viernes, 17 de abril de 2015

Se ocultaba la lluvia
Al despedir el gato
Viajando entre los girasoles,
Miraba hacia la tierra
Y veía latir por dentro al gusano,
Reptar a la serpiente de humo
En un rostro de viento.
¡Y la tierra está maldita!;
Decía el campesino desde el llano;
Cogiendo un puñado de piedras,
Mirando la cosecha ennegrecerse,
Oliendo a cigarro y a hoguera.
Y los caracoles corrían
Eran formas angustiantes en el camino,
Y veían alejarse a la lluvia
Al ver a la tierra volverse negra
Y a los pájaros caer de las ramas,
Y alguien recordaba la rosa pálida
Que crecía en algún lugar del páramo
Como una tenue ilusión que vagaba 
Y nutría el corazón del hombre.


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