domingo, 19 de octubre de 2014

Echo de menos el oleaje
La espuma blanca sobre los corales,
Y las tormentas, lejos en el horizonte.
Echo de menos la llovizna sobre la ciudad
Los semáforos en rojo,
Las sirenas de ambulancias
Echo de menos las sombras
Que caen con la noche
Que pasean en los parques.
Los cristales con gotas de agua,
Echo de menos el silencio de madrugada
El caminar sobre los charcos.
Echo de menos el perfume a aurora blanca
Y el tañer de las campanas
Sobre el mar inocente.
Echo de menos los pescadores
Que caen en la locura
Las noches que pisan tierra.
Los vagones de barcos mercantes.
Las desafinadas redes de lugares concurridos.
Echo de menos la soledad del alma
Y la angustia del griterío.
Echo de menos el canto de las gaviotas
Volar por la mañana en el puerto
Y el fango acariciar
Unas botas de goma.

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