domingo, 16 de noviembre de 2014

Hay ascensores humanos
Y la piedad confusa de un perro guía.
Cualquier retrato insano
Y el olor de la lluvia
Se derrite en un nocturno tranvía.
El señor se hizo anciano
Y un trágico bufón de lejos venía
Arrojando un pantano
En la flor que se abría.
La cortina cerrada al mediodía.
Encuentro cotidiano:
La luna feminista y un policía.
El gris amor mundano
Cubrió las noticias.
Nicolás irrumpió en la sacristía.
Tan triste quedó el llano
Cuando la escarcha olvidó que allá había
Un hombre con dos manos
Que regaba y sentía;
Construyó un muro de cables un día.
Silenció hoy el viejo órgano.
Esta noche de palacio, el vigía
Oía al samaritano
Tocar melancolía.
La música lentamente moría.

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