martes, 24 de noviembre de 2015

Te has detenido en el interior de un paraíso en la memoria.
A través de las horas tus ríos suenan desde un celeste campo de invierno
mientras que los trenes que nos conducen lentamente hacia el silencio y el olvido,
nos empañan con si un hilo de humo negro brotase de nuestras gargantas.
Los perros ladran violentos entre la oscuridad del relámpago y el beso de la laguna,
ladran y ladran porque recuerdo la hora en que sintieron miedo mis ojos.
De mi piel y de mis manos brotaban caracoles rojos sobre la escarcha,
de mi cabeza y de mi nuca escarbaba fría la noche a través del cráneo gris,
la cara se me envolvía en un profundo fantasma de hierro que tristemente sonreía.
Pero hoy te has detenido en el interior de un paraíso en la memoria,
hoy los peces se reflejan a través del agua y nadan por dentro del lago;
de un lugar a otro, nadan, miran a la luna reflejarse lenta sobre la superficie
tratan de mordisquearla dibujando ondas en el interior de su palidez.
Desde el abismo en el que se sostienen la profundidad grita
pero ellos buscan la ebriedad humilde que se posa en lo pequeño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario